Marcela Seoane

domingo, 19 de junio de 2011

Multitudes Impertinentes

“Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(soy inmenso. Contengo Multitudes)”
Walt Whitman.

Las primeras obras de Marcela Seoane estuvieron directamente referenciadas a los trabajos de grandes maestros argentinos. En ese momento la operación artística fue pintar “el otro lado del cuadro” de alguna imagen conocida, por ej. Antonio Berni, Fortunato Lacamera. En estos casos la cita consistía en dar cuenta de otro punto de vista, desde algún lugar fuera de la escena o directamente tomando la simbología, tonalidad o algún recurso pictórico.
En esta exposición, profundizando aspectos del dibujo y también de la pintura, su temática fue variando, creo que coincidentemente a su participación como integrante de Arte Memoria Colectivo.
En principio desde lo técnico se podría decir que hay una intención en discutir los límites entre el dibujo y la pintura: pinturas en blanco y negro, dibujos a partir de la materia, variación en los materiales y modos de representar, nos hablan de una búsqueda incesante o un querer transitar pensando en recorrer variados caminos.
Su crecimiento ha sido sin pausa de la mano de Ernesto Pesce en relación a la comprensión de la figura humana, que no es un tema menor en sus preocupaciones pictóricas de hoy.
Pintar multitudes es llevar el ejercicio del dibujo a una escala monumental, como monumentales han sido las gestas a las que M. Seoane se refiere en sus obras.
No pinta cualquier multitud: es el momento en que gran cantidad de personas se hacen presentes. “La voz del pueblo” es la que habla desde su estar, que luego se vuelve histórico, porque así es su decir, es el momento ideal donde nada sobra y todo está dicho. Es el freno a los caprichos de las clases dominantes, es el 17 de octubre, Semana Santa o las despedidas a Alfonsín o Kirchner. Allí no fue necesaria ninguna interpretación, todo fue dicho sin palabras.
¿Qué nos quiere decir Marcela con sus producciones? Puede ser un ejercicio aventurado, dada la complejidad de variantes de lo que llamamos, ”el hecho pictórico”, una trama de encrucijadas donde se entremezclan deseos, aspiraciones ,técnicas, preferencias, saberes, intenciones, realizaciones.
Una trama que está empezando y que tal vez, parafraseando a Whitman, contenga multitudes.

Jorge González Perrin
Mayo de 2011